«Quizá, como el vampiro, Dios es un ser nocturno y misterioso que no acaba de manifestarse o de entenderse a sí mismo y por eso nos necesita.»
Fantasmas, brujas, ángeles, vampiros... A pesar de todas las apariencias de modernidad, los seres que acostumbramos llamar imaginarios no mueren por completo, como si nuestros temores más grandes y nuestros más ardorosos deseos sólo entrasen en receso, guardados en un sótano junto a cachivaches inservibles, hasta que un accidente, una casualidad o fuerzas oscuras los convocan.
¿Es vida este breve paso, esta premura entre la cuna y la tumba? Carlos Fuentes narra en este volumen seis historias en las que esa pregunta recibe respuestas insospechadas ante los infinitos recursos de la muerte. La maldición de uno es la bendición de otro. Y Vladimir Radu afirma: «Usted vive la vida. Yo la codicio».
Los relatos que integran Inquieta compañía son: «El amante del teatro», «La gata de mi madre», «La buena compañía», «Calixta Brand», «La bella durmiente» y «Vlad».
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