El fanfic que les traemos hoy, fue publicado en el foro Purple Rose por Dani_maru Collen
EL FÉNIX DE FUEGO
Igne
Desde que era muy pequeña siempre me he sentido atraída por el fuego; su forma cambiante, el calor de sus flamas y ese color tan exótico que va desde el rojo, pasando por el naranja y llegando en ocasiones a tener destellos dorados. Se me hace simplemente increíble.
Al estar cerca del fuego tengo la extraña certeza de que no me va a lastimar. De hecho, siento como si fuera una extensión de mi misma, como un brazo o pierna más.
Igualmente comencé a darme cuenta de que si pensaba con intensidad en el fuego, este aparecía como por arte de magia. Así, poco a poco, fui practicando con el fuego notando que podía cambiar su forma e intensidad a voluntad.
Un día, cuando tenía ocho años decidí contarle mi secreto a mi madre. Ella estaba sentada en el sofá leyendo una de esas novelas románticas que tanto le gustan en el momento en que me coloqué frente a ella.
— Mami… tengo algo que decirte — mencioné nerviosa jugando con mis dedos
— Dime amor — respondió despegando la mirada de su libro y observándome
— Mira lo que puedo hacer — agregué en tono bajo volteando mi mirada hacia la chimenea
Observé fijamente los trozos de madera y concentré toda mi energía en ella. En ese instante algo de humo comenzó a aparecer y el fuego brillo dentro de la chimenea. Feliz por mi logro, volví a concentrarme y en mi cabeza pensé en darle forma de pájaro al fuego y así ocurrió; las llamas ahora eran un pájaro volando dentro de la chimenea.
— Ves ma… — intenté decir pero al verla, mi felicidad desapareció
Mi mamá tenía una expresión de terror y espanto en su rostro. Sus manos temblorosas se juntaron frente a su boca, cubriéndola. Yo estaba muy asustada ya que nunca le había visto esa cara a mi madre. Dejé de lado mi concentración y con ella, el fuego desapareció.
Mamá se levantó rápidamente del sofá haciendo que el libro que tenía en su regazo cayera al suelo, aunque eso sinceramente no le importó. Se colocó frente a mí y me abrazó fuertemente como si su vida dependiera de ello.
— Igne, hija… no vuelvas a hacer eso nunca más… por favor — me pidió mientras lloraba.
— Mami no llores… no lo volveré a hacer — le respondí correspondiendo su abrazó asustada.
— Gracias amor. Estoy debe quedar entre tú y yo, no le comentes nada a papá ¿De acuerdo? — me susurró a lo que yo solo pude asentir en respuesta.
Unos meses después de eso, mamá quedó embarazada de mi hermanito Kevin. Eso hizo que el incidente del fuego quedara atrás y se concentrara en el nuevo bebé. Ella nunca más hizo mención de ese día.
En cuanto a mi pues debo decir que desobedecí a mi madre. Resistí solo dos meses sin usar mis poderes. Yo sentía que el fuego me llamaba, el no practicar con él me estaba volviendo loca, así que lo seguí haciéndolo pero a escondidas de mis padres y de todo el mundo. Me escapaba en las noches e iba a practicar a un parque cercano. Mientras más lo hacía, más feliz me sentía, era una sensación extraña como de estar completa.
Muchas veces me he preguntado que soy en realidad: ¿Un mutante? ¿Una bruja? ¿Un demonio? Pero nunca he conseguido una respuesta clara a mi problema.
Actualmente tengo 18 años y estoy terminando mi último año en la secundaria; de hecho estoy a solo dos semanas de mi graduación. En apariencia soy una chica normal, con unos padres que me quieren, un hermano pequeño algo molestoso, amigas a las que aprecio; nada fuera de lo común, claro está, dejando de lado mi poder para convocar y moldear el fuego.
— Hola Igne, buenos días
— Buenos días Rose.
Rose es una de mis amigas, la conocí el primer día de la secundaria y nos llevamos muy bien. Ella está muy emocionada con la graduación, dice que lo primero que hará al graduarse será tirar a la basura su libro de trigonometría. No es muy fan de las matemáticas.
Rose y yo seguimos hablando de cualquier tontería rumbo a nuestra clase de literatura y a medio día almorzaríamos con las demás chicas en la cafetería. Si, definitivamente un día normal como cualquier otro.
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Haley
No puedo creer que esté sentado dentro de una camioneta, como todo un acosador esperando a que una chica de secundaria salga de clases. La verdad, pasar todo el día aquí es muy… aburrido. Alex tiene suerte de poder salir e infiltrarse en la secundaria, él no llama tanto la atención como lo haría yo.
Bueno realmente no estoy solo esperando, Scott está aquí conmigo pero digamos que él no es muy comunicativo que se diga. Tampoco es que yo hable mucho, pero él es algo extremo, no comenta nada en horas.
Lo único bueno de todo esto es que al fin la encontramos, luego de mucho tiempo de búsqueda sin ningún resultado hemos encontrado a la chica que tiene la magia del fénix de fuego en su interior.
Hace como dos semanas llegamos a esta pequeña ciudad; íbamos más bien de paso y nos hospedamos en un hotel para pasar la noche. Como a eso de la media noche, los tres sentimos una magia muy parecida a la de nosotros, pero a la vez diferente.
Los tres asentimos y salimos de la habitación rumbo a un parque cercano que era en donde se sentía con más fuerza el poder mágico. Al llegar nos colocamos a una distancia prudencial y escondidos bajo la sombra de los arboles, la vimos.
Ella era hermosa; con su cabello largo y rojo como el fuego danzando a su alrededor en cada movimiento, piel clara parecida a la porcelana, delgada, atlética, con unos ojos oscuros bastante llamativos y con látigos de fuego a su alrededor, ella se veía muy impresionante.
La observamos durante todo su entrenamiento pero sin acercarnos. No queríamos iniciar una pelea ni asustarla sin necesidad. Luego ella recogió sus cosas y la seguimos. En ese punto estábamos seguros de que esa chica era a quien buscábamos, la otra guardiana de la magia de la bestia sagrada.
De ahí en adelante hemos estado vigilándola, sabemos en donde vive y en donde estudia; también con quien se la pasa regularmente. Lo sé, parecemos un grupo de locos acosadores pero todo esto tiene un motivo; debemos saber si alguien más sabe su secreto o si utiliza sus poderes para algún otro fin. Pero después de estas dos semanas estamos seguros de que ella no le ha contado esto a nadie.
— Mira, ahí viene Alex — me dijo Scott sacándome de mis cavilaciones
El chico se dirigió a la camioneta y entró en el asiento de atrás. Alex tiene 16 años y es el guardián de Byakko, el Dios del oeste con forma de tigre blanco. Él es un chico delgado, de cabello castaño y ojos verdes, piel acanelada y vive hablando todo el día. Tal vez es demasiado alegre y sociable.
— Oigan ya estaba aburrido de esa clase de química, necesitaba salir de ahí — mencionó bufando y encogiéndose de hombros
— No nos interesan tus problemas con la química Alex. ¿Qué pasó con la chica? ¿Todo igual sin ningún cambio? — pregunté comenzando a exasperarme
— Igne, Haley; ella se llama Igne. Y todo sigue igual, no habló con nadie diferente, almorzó con sus amigas y ahora está por su última clase del día — respondió dirigiéndome una sonrisilla burlona
— Mira Al… — cuando estaba por replicarle su estúpida sonrisilla, Scott interrumpió lo cual es extraño.
— Es momento de pasar a la acción, no les parece — mencionó en su actitud seria de siempre.
Y si que tenía razón; era obvio que ella no le había contado de sus poderes a nadie así que teníamos que hacer que liberara la magia del fénix al igual que nosotros liberamos las de nuestras bestias.
— ¿Qué propones? — pregunté mientras lo miraba fijamente
— Tenemos que hacer que ella venga a nosotros sin intervenciones — agregó lentamente — propongo que secuestremos a su hermanito y eso debe ser mañana. No podemos perder más tiempo
Alex y yo nos vimos las caras pensando lo mismo; va a ser raro secuestrar a alguien pero obviamente no le vamos a hacer daño al niño. Como dice Scott, solo queremos que ella venga y esa es una muy buena opción. Suspiré profundamente antes de hablar.
— Muy bien, hagámoslo — dije asintiendo mientras Scott y Alex me miraron con expresión de estar de acuerdo.
Dani_maru Cullen
Dani_maru Cullen
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