jueves, 18 de julio de 2013

Fanfic!

Hola chicos, les vengo a alegrar su hermosa y joven noche. Esta semana no hemos cambiado hemos seleccionado el fanfic de Natsuneko otra vez y todos en el blog estamos muy felices.



Dejando esto de lado, me excuso(Kaddath) con todos ustedes ya que no actualizamos casi esta seccion porque como ya saben mi computador sufrio algunos daños, y esperando la información no pude actualizar la pagina antes. Pero como prometimos el fanfic del mes de junio es (redoble de tambores):


Un rostro en el vacío - Natsuneko 


Un ave cruzó el cielo e interrumpió el azul constante durante una milésima de segundo. Esto bastó para sobresaltar a aquel observador que, acostado sobre la hierba, contemplaba el firmamento. “Me gustaría volar libre, no depender de fuerzas que me atraigan hacia el suelo”. Pero recordó que añorar la libertad de las aves es un cliché gastado, y decidió desecharlo. Ese fiel observador odiaba los clichés, hacían parte de la larga lista en la que figuraba todo aquello que aborrecía, y con el paso del tiempo, esta lista se había extendido hasta tal punto, que llegó a creer que lo odiaba todo en este mundo. “Este mundo de mierda”, como solía llamarlo, estaba (según él), lleno de decepciones, injusticias, corrupción y angustia, y a pesar de todo, la muerte parecía ser lo que menos le preocupaba. “Es lo único seguro”. Ya muchas veces había considerado anticipar esta seguridad, pero después se convencía a sí mismo que sólo él podría cambiar el curso de la Humanidad, y abandonaba todo pensamiento suicida.

Seguía observando el infinito, esperando que el paso del tiempo le brindara las respuestas que estaba buscando, pero una oscuridad agobiante sumió a su espíritu en un estado de coma consciente. Mientras dormía, el mundo desfilaba a su alrededor, y de repente, un rostro. Y éste rostro se grabó en su memoria.

Abrió los ojos y se dio cuenta de que se acercaba la noche. Pero ya no podría dormir, estaba en otro mundo , buscando aquel rostro, tratando de identificarlo, darle un nombre tal vez. No estaba seguro de los rasgos, probablemente fuera una mujer, pero sus recuerdos se mezclaban y le era imposible recordar con exactitud. Decidió que aquella noche no iría a su apartamento, donde lo esperaban una nevera vacía y una cama doble con una sola almohada: soledad.

Continuó su camino y decidió dirigirse al bar de siempre, donde la hermosa camarera le dijo mientras cruzaba el umbral de la puerta: “Francisco! Tiempo sin verlo. Desde que se fue el ron parece rendir mucho más”. Con una sonrisa fingida él le respondió: ” No por mucho, dame uno doble”. Se sentó en la barra y volvió a adoptar una actitud pensativa. Decidió encender un cigarrillo para despejar la mente, y en su imaginación, el humo se revolvía en pálidos jirones hasta formar el rostro desconocido.

La noche fluyó, como la nieve derretida al llegar la primavera, y en la barra se acumularon los vasos. Al apuntar el alba, Francisco Rossini caminó con la mente embotada hasta su apartamento. Al abrir la puerta descubrió una delgada figura vestida de negro, sentada en el sillón de la sala. Encendió la luz, y se sorprendió al reconocer el rostro del sueño. ” No digas nada, sólo siéntate y escucha.” Rossini obedeció sin resistencia a esa voz, pausada y parsimoniosa, tomó asiento en el sillón.

Miró a los ojos a aquella mujer misteriosa, eran oscuros, casi negros, penetrantes y llenos de respuestas, similares a una herramienta quirúrgica, precisa y filosa, que corta los tejidos de la mente con cuidado para llegar al fondo del pensamiento. Sintió la necesidad de acariciar esos brazos desnudos y al posar sus mano sobre aquella piel suave, un escalofrío recorrió su espalda. ” Cuál es tu nombre?” pensó, o tal vez lo dijo en voz alta pues la mujer respondió ” Paloma. Te dije que no hablaras, guarda silencio”. Cerró los ojos. La mujer había empezado a tararear una melodía dulce que hundió a Rossini en un sopor confuso y tranquilo. Cuando abrió los ojos, vio nubes.

Un ave cruzó el cielo e interrumpió el azul constante durante una milésima de segundo.Era una paloma blanca, que con movimientos parsimoniosos se posó junto a Francisco Rossini sobre la hierba del parque central. El ave con sus ojos profundos dirigió una mirada interrogativa al hombre y voló.

No se olviden de pasar por el Fanfic de este mes!

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